Quiero estrenar el blog de Somos Consciencia escribiendo una reflexión acerca de un tema que de alguna forma toca todas las áreas de nuestra vida.
Estamos hablando del concepto Sadhana, un término sánscrito que significa un medio para lograr algo. Sadhana hace referencia al conjunto de prácticas o disciplinas que uno realiza de forma cotidiana con el fin de mejorar su desarrollo personal y alcanzar la iluminación. Sin embargo, Sadhana es mucho más que una rutina de meditación, oración o yoga…

Sadhana no es lo que haces, sino cómo lo haces, y la clave está en la atención.
Sadhana significa usar todo aquello que haces, piensas, sientes o te ocurre -al margen de que te parezca bueno o malo- para tu crecimiento y tu bienestar. Hay un aprendizaje en todo, y el hecho más aparentemente trivial puede ofrecernos valiosas lecciones, si le ponemos la suficiente atención. Al mirar la vida con el prisma adecuado, la experiencia vital en sí misma se convierte justo en aquello que necesitamos en cada momento para estar bien y, por ende, en una práctica meditativa y placentera que nos acerca a un estado de plenitud y paz interna.
En palabras del maestro yogui Sadhguru:
Todo puede ser Sadhana. La forma en que comes, la forma en que te sientas, la forma en que te pones de pie, la forma en que respiras, la forma en que conduces tu cuerpo, tu mente y tus energías y emociones; esto es Sadhana. Sadhana no significa ningún tipo específico de actividad; Sadhana significa que estás usando todo como una herramienta para tu bienestar.
Esto me trae a la cabeza una frase de la película “El Guerrero Pacífico”, basada en el libro homónimo de Dan Millman en la que el maestro le decía al protagonista: «Eso es lo que nos diferencia: que tú practicas gimnasia… y yo lo practico todo.»
¿Qué tal si lo probamos?
Inspirándome en esta filosofía, y para que saques buen provecho de esta entrada, te propongo una práctica… Te animo a que te plantees el día de hoy como si fuera una clase de una asignatura que te encantara, del curso que recuerdes con más cariño. ¿Cómo crees que pasarías el tiempo que durara esa clase? Probablemente le pondrías mucha atención, tratando de absorber y comprender todo lo posible, y además la disfrutarías tanto que se te pasaría volando.
Mi propuesta para ti es que te tomes este día de esa manera, pero imaginando que todo lo que acontezca son las palabras del profesor. Observa los pensamientos que genera tu cabeza, los sucesos del día, las sensaciones en tu cuerpo, etc., sin juzgar nada de ello como bueno o malo. Simplemente observa, fíjate en todo, date cuenta de tanto como puedas, abriéndote a experimentar y descubrir, ya que todo puede contener un aprendizaje fascinante.
Al quitarte los zapatos, al comer o fregar unos platos, si alguien te habla duramente o te hace un halago, si sientes una gran alegría o notas alguna molestia en tu cuerpo, sólo fíjate en ello y en cómo ocurre.
Además te sugiero que te preguntes cuál será esa lección dentro de cada hecho, pensamiento o acción, pero no te preocupes si no consigues extraerla: la auténtica y más importante lección es, precisamente, poner esa atención al momento presente.
¿Te ves capaz de hacerlo?
¿Qué te surge al leer el post? ¿Se te ha quedado alguna pregunta en mente?
¡Te invito a compartir tus impresiones y tu experiencia en los comentarios!
Me encanta esta reflexión, no sabía cómo se llamaba esa práctica que tanto hago a diario como bien dice todo puede ser Sadhana, efectivamente la respiración, la postura, poner atención… Me parece muy interesante y al leerlo me da una gran armonía. Gracias!!!
¡Gracias por tu comentario y por el aporte desde tu experiencia, Elena! Me alegro mucho de que hayas disfrutado del post. Es genial que lo practiques a diario, es muy positivo y te enseña mucho. ¡Adelante con ello!